miércoles, 2 de noviembre de 2016

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martes, 25 de octubre de 2016

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domingo, 2 de octubre de 2016

lunes, 26 de septiembre de 2016

La Argentina invisible y el drama del trabajo informal

Debate
Por Daniel Arroyo

Diario Clarin
25/09/2016

Muchos argentinos que trabajan tienen representación y son visibles. Los docentes, los camioneros, algunos empleados de comercio, los bancarios y varios trabajadores más tienen trabajo formal; esto es, junto con el recibo de sueldo acceden a la obra social, los beneficios sindicales, las vacaciones pagas y la futura jubilación. Los trabajadores formales tienen seguridad social y, en estos años, han peleado aumentos salariales cabeza a cabeza con la inflación. En el mejor de los casos, los que trabajan en esas condiciones son cerca del 60% de los trabajadores argentinos.

El resto la tiene diferente y bastante más complicada: los que tienen trabajo no registrado, los que hacen changas, los que están en planes sociales y los desocupados no tienen representación, vienen perdiendo hace bastante frente a la inflación y casi nadie los ve. Además tienen un problemón con el acceso al crédito, ya que al no estar registrados terminan tomando crédito a tasas altísimas y muchas veces viven sobseendeudados.

Esta Argentina invisible la conforman los que todos los días van a trabajar a un lugar y, como no están registrados, viven siempre en la precariedad del que está “en negro” y no tiene aportes ni muchas condiciones para pelear su salario. Pero esto, el trabajo no registrado, es sólo una parte del problema. Los cuentapropistas, los que la llevan como pueden buscando enganchar alguna changa, sobretodo por el lado de la construcción y el textil, son muchos más y son los que hoy están más complicados en nuestro país.

El universo de las changas representa a más de 1/3 de los que trabajan en los grandes centros urbanos (Conurbano Bonaerense, Rosario, Córdoba, Mar del Plata, La Plata, etc.) y está asociado a dos cosas: el consumo interno y el volumen de trabajo que haya en la construcción y el textil. Cuando la clase media se achica, las changas caen fuerte y el resultado es un montón de gente dando vuelta sin nada que hacer. Es el paisaje que han mostrado los grandes centros urbanos en los últimos tiempos.

La Argentina es un país de complementos: el que tiene un plan social además hace changas y, así, complementa su ingreso; el remisero además hace algún otro laburito el fin de semana y así también complementa su ingreso. El problema es que cuando hay un parate generalizado, estos sectores no tienen cómo complementar su ingreso y, como no tienen sindicato que los defienda ni paritarias, la caída es proporcional a la falta de visibilidad y a la falta de políticas públicas que los contemplen.

Varios movimientos sociales van intentando agrupar al mundo de la informalidad laboral, las centrales sindicales empiezan a interactuar con el mundo del trabajo precario, de hecho ha crecido la capacidad de movilización de estos sectores, pero aún así siguen estando muy afuera de la agenda de debate cuando se habla del mundo de los “trabajadores”.

Así y todo, no son los que están peor. El universo de la pobreza estructural (los argentinos que no tienen las condiciones mínimas de vivienda y que reproducen las condiciones de pobreza de sus padres y sus abuelos) la tiene más complicada aún cuando el Estado transfiere dinero a través de planes sociales a más de 9 millones de personas todos los meses.

Para completar el panorama de la Argentina invisible tenemos que incorporar a los que trabajan en condiciones de casi esclavitud porque viven donde trabajan y se enfrentan a situaciones más cercanas a la trata de personas que a las reglas del mercado laboral. Es una situación que involucra estadísticamente a poca gente pero que está creciendo de manera constante.

En definitiva, los trabajadores no registrados, los que hacen changas, los que tienen planes sociales y los que buscan trabajo y no encuentran forman parte de una gran masa silenciosa e invisible de argentinos a los que casi nadie representa y a los que casi nadie reconoce como lo que son: trabajadores.

Como es evidente que el mundo del trabajo cambió mucho en nuestro país en los últimos años y va a volver a cambiar mucho de aquí para adelante, se nos presenta como sociedad el desafío de dar lugar a quienes hoy casi no lo tienen. El INDEC ya reorganizado le pone números al problema: más de 9% de desocupación, más de 11% de subocupación (gente que trabaje menos horas de las que necesita para completar sus gastos), casi 20% de desocupación en los jóvenes y la certeza de que las mujeres la tienen mucho más complicada que los hombres en el mercado laboral.

Para adelante, el cambio tecnológico nos va agregar más desafíos. Ese proceso es inevitable y va a complejizar el problema en un país en el que la mitad de los jóvenes no completan la escuela secundaria y en el que las actividades más atractivas para los inversores no son las que generan mano de obra masiva.

Es evidente que tenemos que definir una política de Estado para los próximos 20 años que marque hacia qué mundo del trabajo vamos en Argentina. Esto es, tener en claro cuáles son las áreas en las que somos muy competitivos en un mundo globalizado, pero también definir qué sectores productivos deben ser protegidos (especialmente porque incorporan a jóvenes y a mujeres) y qué trabajo deberemos crear para incorporar a los argentinos que hoy viven en condiciones más cercanas a las del siglo XIX que a las del siglo XXI.

Nuestro retraso es, a la vez, nuestra oportunidad: hace falta tanta infraestructura básica, tantas viviendas, veredas, cloacas, servicios básicos, que tenemos la posibilidad de generar “keynesianismo de pico y pala” como una salida para promover inclusión social en el corto plazo.

Se podrían agregar tres acuerdos básicos que sirvan como pilares para reconstruir el mundo del trabajo: a) todos los chicos tienen que terminar la escuela secundaria con calidad; b) no se puede vender droga en los barrios; c) no se pueden promover créditos usurarios que terminan sobreendeudando a gran parte de las familias argentinas.

Del mismo modo que otras generaciones de nuestro país tuvieron la tarea de incorporar a los “invisibles” de su tiempo, nuestra generación tiene la misión de incorporar a los trabajadores que casi nadie ve. 

Daniel Arroyo. Ex ministro de Desarrollo Social de la Pcia. de Buenos Aires


Presentación libro: "Las 4 Argentinas y la grieta social"


lunes, 5 de septiembre de 2016

Arroyo: “El Gobierno tiene un modelo de país al que le sobran 20 millones de argentinos”

Por Diego Genoud El ex ministro de Desarrollo Social afirma que el Gobierno “cree en la teoría del derrame”.


“El macrismo gobierna como si no hubiera leído un libro de historia”, dice Daniel Arroyo. Licenciado en Ciencias Políticas, especialista en temas sociales del Frente Renovador, ex viceministro de Desarrollo Social de la Nación y ex ministro en la gestión de Daniel Scioli, Arroyo dice que se vive una situación de implosión social, que hoy la venta de droga es sinónimo de movilidad social y que en los barrios la gente se divide entre los que la pasan mal pero apuestan al gobierno y los que ven que Cambiemos avanza con un ajuste sin horizonte y empiezan a movilizarse. 
El ex compañero de fórmula de Felipe Solá en 2015 pone de relieve que el gobierno mantiene e incluso amplía la transferencia de ingresos a los sectores más vulnerables pero cree en la teoría del derrame y no advierte que hay una nueva ola de sobreendeudamiento en el conurbano. “El gobierno tiene un modelo de país similar al Chile, en la línea de la alianza del Pacífico. Es una Argentina posible pero es una Argentina a la que le sobran 20 millones de personas”, sostiene Arroyo, que además es consultor de organismos internacionales como el BID, el Banco Mundial, UNICEF y la CEPAL. 

¿Qué está diciendo el nuevo índice de desocupación del 9,3%? ¿Qué subió el desempleo, que recién ahora se blanquea o las dos cosas?

 Que subió el desempleo. Con el INDEC anterior, la cifra del 5,9 % no era real pero está claro que en estos meses se perdieron 140 mil puestos de trabajo. Para mí, todavía más importante que eso es el 11 % de subocupación, que quiere decir que mucha gente está trabajando menos horas. Porque le cortaron las horas extras porque en la fábrica trabajaba 8 horas y ahora trabaja 6, porque hacía changas 5 veces por semana y ahora hace 3. Hay pérdida de empleo formal, gente que trabaja menos horas y el problema está en el conurbano, en Rosario, en Córdoba, donde la desocupación es más del 11 %. En estos 8 meses, el parate de la construcción y el textil paró el sector informal de la economía y los despidos pegaron también en el sector formal.

Dijo hace unos meses que estábamos en un escenario de implosión social. ¿Se mantiene así o se complica cada vez más?

Veo un escenario con tres componentes. El primero que el que la pasa mal, no encuentra laburo o no le alcanza, anda sacado todo el día: se pelea con la mujer, con el hijo, en el barrio. Hay una tensión permanente que lleva a violencia cotidiana y es algo que se ve claramente en los barrios. El segundo fenómeno es el sobreendeudamiento, mucha gente que tomando dinero caro con el prestamista del barrio. No se está viendo que hay más gente que no le alcanza porque todo le sale más caro y le entra menos plata. Lo tercero es que hay más gente en la calle movilizándose por reclamos y creo que es porque son más los que sienten que es un ajuste sin horizonte. Es un escenario de implosión social que, si el gobierno no encara otras políticas, se va a ir complicando más. 
Lic. Daniel Arroyo - Frente Renovador

¿El gobierno plantea un ajuste sin horizonte? 

La economía va a crecer, van a conseguir algunas inversiones, la inflación va a bajar, pero vamos a seguir como estamos: con 32% de pobreza y un millón y medio de jóvenes queni estudian ni trabajan. Yo creo que el gobierno tiene un modelo de país. La alianza del Pacífico, la apertura de los mercados, la competitividad en la producción primaria y en el mundo del conocimiento. El gobierno va hacia el esquema de Chile, un país fuerte en lo que es tradicionalmente fuerte como la producción primaria y muy globalizado. Ese país es una Argentina posible pero es una Argentina a la que le sobran 20 millones de personas. 

Es un país inviable entonces. 

Me parece que la economía va a crecer, que el PBI va a crecer, que van a conseguir algún nivel de inversiones, que va a bajar la inflación pero que vamos a seguir como estamos: con 32 % de pobreza y con un millón y medio de jóvenes que ni estudian ni trabajan. Con argentinos que están en el siglo XXI, argentinos que están en el siglo XX y argentinos que están en el siglo XIX. 

El Presidente promete cloacas en los conurbanos y 2800 kilómetros de ruta. 

La idea de que van a venir inversiones y van a derramar sobre el empleo es una idea equivocada. Creo que el gobierno se está dando cuenta. Me parece que no dimensionan la escala del problema. Han transferido dinero a los municipios y han empezado con licitaciones. Los dos errores de diagnóstico graves del gobierno son primero que no entiende el mercado informal de trabajo. No entiende que parás la construcción y el textil y se te caen los grandes centros urbanos porque la Argentina es un país en el que el que tiene un plan social además hace changas, donde el remisero también hace otra cosa el fin de semana. Y lo segundo es que no ve la escala del problema. 

Endeudados y Ni Ni 
El endeudamiento de sectores populares a tasas muy altas ya se vio en los años del crecimiento económico. 

Coincido. El kirchnerismo generó un modelo de política económica y política social que estaba agotado. 32 % de pobreza y un millón y medio de jóvenes que no estudian ni trabajan. Sin embargo, al mismo tiempo dejó una base de 8 millones de personas que reciben un ingreso todos los meses a través de distintos planes sociales. Si alguien se tentara en sacar eso, generaría una guerra civil. Pero esa base no genera trabajo. El sistema de crédito es parte del problema de la Argentina desde hace mucho. El que tiene trabajo formal y una tarjeta de crédito, si paga el mínimo paga 60 % de recargo. Debajo, está el que toma una tarjeta del conurbano o va a “Efectivo Si” y “Crédito Ya” y paga 80 a 120 % de interés. Debajo de eso están el prestamista del barrio y el que vende droga que tiene billetes. Objetivamente el kirchnerismo no hizo nada respecto de mejorar el sistema de crédito pero el gobierno actual no advierte que hay una nueva ola de sobreendeudamiento y que se está cortando la cadena de pagos. 

El gobierno no se da cuenta que hay una explosión de endeudamiento en el Conurbano para llegar a fin de mes. El que tiene tarjeta paga tasas del 60% y el que va a Efectivo Ya, paga del 80 al 120%. 

Durante el kirchnerismo advirtió mucho sobre los jóvenes que no estudian ni trabajan. ¿Empeora ese sector con el macrismo? 

La desocupación general es del 9,3 %, pero en los jóvenes es casi 20. Tenemos un problema serio. Lo nuevo es que no se está creando empleo. Pero además la idea de que el que vende droga gana más que el que trabaja y que hay un nuevo modelo de movilidad social se viene acelerando, no en estos 8 meses, sino de hace tiempo. En el paisaje de los barrios se ve muy claro: hay un nuevo sujeto social que es el tipo que vende droga. 

Es una economía que ofrece una salida laboral difícil de superar. ¿Cómo se desactiva? 

Un pibe que labura, estudia, anda todo el día, se revienta y llega a las 6 o 7 de la tarde a su casa gana 6500 pesos. Pasa por la puerta del que vende droga y dice “este hace en dos días lo que yo hago en todo el mes”. Creo que hay que cortar la venta de droga y que no se puede hacer con La Bonaerense sino que hay que hacerlo con una fuerza especial. No creo en la reconversión de la policía para estos temas. Lo segundo es el derecho a primer empleo en blanco y junto con eso una red de tutores con el cura, el pastor y la maestra. Hay jóvenes a los que les falta el método y les cuesta trabajar 8 horas porque no vieron a su padre o a su abuelo hacerlo. Lo tercero es que hay que crear 200 centros de atención de adicción. 

Dijo hace poco que en la provincia de Buenos Aires se pagan al día las becas pero crecen los problemas con la justicia y la salud. ¿Puede explicarlo? 

El gobierno anterior tenía un retraso muy grande con becas de distinto tipo, para que los chicos estudien, para los jardines maternales o jardines infantiles. Vidal se puso al día y subió el pago. Lo mismo pasa con los comedores escolares, que pasaron de 6,30 a 12.60 y están al día. Eso es una base y lo valoro mucho. El punto clave es que un chico con problemas tiene una beca pero la Justicia lo lleva de un lado para el otro cuando no tiene familia, va a un centro de salud y no lo atienden o no hay insumos. Lo estructural va empeorando y no es fácil resolverlo en poco tiempo. Los invisibles En la marcha del 7 de agosto pasado, la CTEP reclamó una emergencia sociolaboral y un sueldo universal complementario para trabajadores informales. ¿Cómo lo ve? San Cayetano para mí fue la movilización de los invisibles. Hay 4 Argentinas, una Argentina de los pobres que tiene planes sociales, una Argentina de la gente que hace changas y tiene trabajo informal, una de clase media y una de clase alta. La Argentina informal no aparece en ningún Excel, es parte del problema que tiene el gobierno porque no lo ve y es la que va a dar lugar en el futuro a la generación de un nuevo sistema político. Si el yrigoyenismo le dio vida a la clase media y el peronismo a los trabajadores que no existían, ahora es el mundo de los informales el que va a construir un espacio político que lo empodere. En el Frente Renovador proponemos crear un fondo social anticíclico con renta del sector financiero, del juego y de la minería para que se active cuando el sector informal pierde más de 5 puntos de ingreso. Es un sector invisible para la sociedad y muchas veces para la política. Aspiro a que el FR pueda vincularse con esos sectores, más allá de que cada movimiento social tenga su propia independencia. Lo que genera actividad económica no genera trabajo. Soja, minería y sector financiero son las inversiones que se van a conseguir. Es así en Latinoamérica. Si el Estado no compensa, no hay solución. 

Dijo que los sectores más dinámicos de la economía no generan empleo. ¿Cómo se sale de esa encerrona, ahora que gobierna el macrismo? 

Lo que genera actividad económica no genera trabajo. Las inversiones que va a conseguir el gobierno van a ser para soja, para minería y para el sector financiero. Lo que es altamente rentable no genera empleo. Eso es así en América Latina diría, hay un descalce. Si el Estado no compensa, no hay solución. Por eso la idea de las inversiones y el derrame parte de un error de diagnóstico. En ese sentido, el macrismo gobierna como si no hubiera leído un libro de historia. Está dispuesto a chocar con una piedra con la que ya hemos chocado varias veces. 

El ADN del gobierno 
Decía que el gobierno se está empezando a dar cuenta de que el camino elegido no funciona. ¿Cree que hay una discusión adentro de Cambiemos? 

Yo creo que en el ADN del gobierno están las inversiones y el derrame. Hay un sector que corre al gobierno por derecha y le pide que haga un ajuste fiscal en serio. Eso sería una locura. Si el gobierno se tentara con eso, generaría una crisis social de proporciones. Supongo que nadie lo va a hacer. Después, algunos empiezan a pensar en el mercado interno, pero para mí es una discusión incipiente en el gobierno. En el ADN están la globalización y el derrame. 

Lo que es claro es que llegaron sin entender las 4 Argentinas. Entienden más las dos de arriba, la clase media y la clase alta. Por eso le pegaron semejante planchazo a la actividad económica. 

Por eso, sostiene que es un gobierno más neoliberal que desarrollista. 

Si, claramente. Creen en el mercado. Desarrollismo supone definir áreas estratégicas de desarrollo con un rol activo del Estado. Es crecimiento económico con inclusión social. No es en qué sos competitivo. Las políticas no han sido ni keynesianas ni desarrollistas: han sido claramente neoliberales, absurdamente neoliberales porque no hay una sociedad que lo reclame. En los noventa, yo fui muy crítico, pero era otro contexto de reclamo hasta social. El gobierno encaró por acá porque cree en esto. 

Según el Barómetro de la Deuda Social -que usted suele citar- en los últimos cinco años, el Estado aumentó la transferencia de fondos pero empeoraron los indicadores de consumo, ahorro, vivienda, infraestructura, empleo y seguridad social. 

El Estado transfirió dinero de manera sostenida todos los meses. Eso es una base que mueve la economía, pero no hubo lo que se llama política de segunda generación. El gobierno no lo está haciendo. Aumentó la base con la inclusión de un millón y medio de monotributistas, devuelve el 15 % del IVA, sube el seguro de desempleo y sigue transfiriendo dinero. Pero hacen falta otras acciones que el kirchnerismo no hizo porque se engolosinó con la transferencia de ingresos como única política social. 

El gobierno es más neoliberal que desarrollista, de manera absurda es neoliberal porque no hubo nadie que se lo reclamara, como ocurrió en los noventa. 

¿Cuándo fue que consideró que el kirchnerismo estaba agotado? 

Para mí, hubo tres kirchnerismos. El primero del 2003 al 2009, hasta la crisis internacional y la crisis del campo. Yo lo llamaría desarrollista, puso en marcha el desarrollo productivo, intentó acercarse al fifty-fifty, no cambió la estructura productiva pero puso en marcha la actividad económica. Fui muy entusiasta de esa primera etapa. De 2009 a 2011, para mí hay un kirchnerismo progresista, entra en la batalla cultural, hace cosas que me parecen bien en términos generales pero se olvida del proceso económico. Y hay un tercer kirchnerismo, a partir del 54 % que intenta ser refundacional, con la justicia y otros temas y lo hace de manera horrible. 


¿Cuál es su balance visto desde hoy? 

Cuando se escriban los libros de historia dentro de 30 años, cuando ya nadie se acuerde quién es Moreno, el ciclo del kirchnerismo se va a ver como un ciclo de mejoras sociales. No es poco porque no ha habido muchos ciclos favorables en la Argentina. Si alguien enfoca en los últimos 4 años, fue pésimo. Pero en el ciclo largo, es un ciclo de mejoras. 

En un libro de 2006, planteaba que pese a las mejoras incipientes la desigualdad social agravaba el panorama. 

Sí, desde el regreso de la democracia, todos los gobiernos intentaron hacer política social para mejorar la situación. Con muchas diferencias ideológicas pero todos buscaron armar un sistema de protección o atención social y todos chocaron con el proceso de económico productivo. El modelo de desarrollo económico no compensa los problemas y por eso cada gobierno que viene va a extendiendo la cobertura social. Este gobierno tiene más gente bajo la asignación por hijo que el gobierno anterior. Pero su gran error es creer que eso se acomoda por productividad. 

¿Cómo ve la gestión de Carolina Stanley en Desarrollo Social? 

Me parece que es una gestión prolija, que laburan mucho, que arman una buena base de datos y que no han cortado programas sociales, pero que mantienen la primera generación de políticas sociales. Hay que ir a una segunda generación de políticas sociales. Si alguien espera que el sector financiero genere crédito masivo para los sectores pobres, está equivocado. Entonces tenés un brutal ajuste, una pérdida de dinero muy grande y una compensación muy pequeña. 

¿Qué indican tomas de tierras como la de los últimos días en Moreno? ¿Es un delito o es un fenómeno social? 

Puede haber vivos que la orienten, puede estar politizada, pero en toda toma de tierra del conurbano vas a ver una parejita joven con un chico chiquito. El problema en el conurbano es el hacinamiento y los procesos de ajuste agudizan el hacinamiento. Nadie va a ir a ponerse en una carpita, morirse de frío y que lo puedan reventar a palos si no tiene un problema. Estamos frente a una generación de inquilinos y con 12 millones de personas pobres. Si pobreza cero queda para este lado, el gobierno encaró para el otro lado. Con las políticas que elige, obviamente va a tener más pobreza y más problemas de empleo. 


Fuente: http://www.lapoliticaonline.com/nota/100039/#galleryzoomv99929v21


Daniel Arroyo en "La mañana de Radio 10"

jueves, 18 de agosto de 2016

Daniel Arroyo con Alfredo Leuco en Radio Mitre

Daniel Arroyo con Luis Novaresio: Novaresio en AM910

Daniel Arroyo con Pablo Dugan por AM950 Radio Belgrano

Daniel Arroyo en AM710

Critican al Gobierno por la pobreza: "Tomaron un enfermo de 39° y con el ajuste lo llevaron a 41°"

Critican al Gobierno por la pobreza: "Tomaron un enfermo de 39° y con el ajuste lo llevaron a 41°" Tras los datos de la UCA sobre "nuevos pobres", el ex viceministro Daniel Arroyo apuntó contra las medidas macristas. El remedio fue peor que la enfermedad. Con ese argumento cuestionó el ex viceministro de Desarrollo Social Daniel Arroyo al Gobierno, luego de que un informe de la Universidad Católica Argentina (UCA) revelara que en el país hay "nuevos pobres". "Si uno tuviera que graficar, tendría que decir que el Gobierno tomó un enfermo con 39 grados de temperatura, le metió un ajuste encima, y le llevó la temperatura a 41 grados", señaló el ex funcionario, actual dirigente del Frente Renovador. El informe del Barómetro de la Deuda Social de la UCA, que se conoció ayer, advirtió que la escalada generalizada de los precios fue la principal causa de la situación actual. Los "nuevos pobres", dice el documento, "emergen de medidas normalizadoras adoptadas por el actual gobierno". En esa línea, Arroyo dijo que "por la inflación los que se benefician [con planes sociales] igual pierden por la suba de los productos básicos". "A esto se suma un parate del trabajo", indicó en radio La Red. Arroyo, quien ayer participó de la presentación del estudio, agregó que si bien cree que las autoridades nacionales "tienen buena fe, está mal orientada la política". En un adelanto del Barómetro que fue presentado el 1° de abril, se informó que a fines de 2015 el 29% de los argentinos estaban alcanzados por la pobreza, y que en el primer trimestre de 2016 se habían sumado 1,4 millones de personas, llegando entonces al 34,5% de la población, un total de 13 millones de personas. "El Gobierno tiene voluntad pero confía mucho en las inversiones y ahí hay un problema serio porque pueden llegar, pero no en los sectores que generan trabajo. Hay que reactivar el sector de la construcción y el textil, el mercado interno, y lo digo no por una cuestión ideológica sino porque la estructura organizativa de la economía argentina está dada así", remarcó el ex funcionario. Para Arroyo, "si estos cambios no se producen, no queda claro quién y cómo van a conseguir trabajo en los próximos años en la Argentina". "El Estado debe intervenir y dar créditos a tasas bajas para la producción ya que tenemos caída de ingresos y sobreendeudamiento", concluyó. Fuente: http://www.lanacion.com.ar/1927472-critican-al-gobierno-por-la-pobreza?utm_medium=Echobox&utm_campaign=Echobox&utm_source=Twitter&utm_term=Autofeed#link_time=1471005796

Daniel Arroyo en ECO MEDIOS

Daniel Arroyo con Facundo Pastor

Daniel Arroyo con Alejandro Delgado Morales en TELAM

sábado, 9 de julio de 2016

#BicentenarioDeLaIndependencia



Ni la corrupción, ni el ajuste. Un cambio justo y ético es posible.
 
El tiempo de celebración del Bicentenario de la Independencia es un tiempo para reflexionar sobre como quisiéramos ser recordados en la historia. También es un tiempo para redescubrir que todos tenemos una misión en la vida para ayudar a mejorar la vida de los demás. Y asumir nuestra misión depende de nuestra acción ya, ahora. Podemos tener un futuro mejor, sólo si nos animamos a participar y a cambiar el presente. 
 
Estoy convencido que si la buena gente no participa quedan los “vivos” y los inescrupulosos. Es un tiempo para participar, para poner el cuerpo, para generar redes y para unirnos con el objetivo de saldar la grieta de la desigualdad desigual.  

Ni la corrupción, ni el ajuste deberían identificar este tiempo de nuestra historia.  Es un presente que entre todos podemos y debemos superar. Tengamos esperanza, somos una inmensa mayoría los que apostamos a vivir en una Argentina de la honestidad, de la equidad y de una mayor igualdad de oportunidades.
 
Qué bueno sería ser recordados en la historia como la generación que con valentía frenó el narcotráfico  y la corrupción.
 
También que bueno sería ser recordados en la historia como la generación que con sensibilidad y solidaridad redujo la pobreza y promovió el progreso social.
 
Y para que haya más equidad y justicia social necesitamos encontrarnos, dialogar, debatir y consensuar más. Este 9 de Julio de 2016, y a partir de ahora, cada uno donde esté podría hacer oír su voz y solicitar que se convoque a una Mesa de Diálogo para garantizar un gran acuerdo económico y social. 

Este 9 de Julio de 2016 es un día para reafirmar que un cambio justo y ético es posible y que si participamos todos podemos lograrlo.

miércoles, 6 de julio de 2016

Arroyo en El Economista:“El Gobierno se sostiene más por expectativas que por resultados"

En diálogo con El Economista, Daniel Arroyo habla de la situación social del país luego de un semestre de Macrinomics, ofrece su visión sobre el famoso segundo semestre y señala cuáles son las cosas que no entiende el Gobierno sobre cómo funciona el país.
Lic. Daniel Arroyo (Presidente Red PAR)
La lectura oficial es que en diciembre estábamos caminando hacia un precipicio y que la política económica intentó retraer al país de ese abismo. Sin embargo, lo que vimos en este primer semestre se asemeja bastante a una caída precipitada. ¿Cómo lo ven ustedes desde el Frente Renovador?
El Gobierno tomó un enfermo con 39 grados de temperatura. No creo que hayamos estado en el precipicio pero, objetivamente, del 2011 al 2015 la situación social empeoró y la política económica fue muy errática. Se tomó, como decía, un enfermo con 39 grados de temperatura pero se le metió un ajuste encima y el enfermo ahora tiene 41 grados. Es objetivo que tomó una situación crítica y que las políticas que encaró empeoraron la situación social. A mí me parece que se hicieron todas las cuestiones todas juntas. La inflación que se espiralizó: arrancó con alimentos, después con transportes y luego con tarifas. Hubo un parate en la construcción y en las changas. En Argentina, una tercera parte trabaja informalmente: el gasista, el plomero o el carpintero. Gente que trabaja por su propia cuenta. Al pararse la construcción, y también añado el textil, ese mundo se complicó mucho. Por último, los despidos en el sector público y en el sector privado. Todo eso empeoró la situación social. El Gobierno tiene clara la orientación económica que quiere hacer, pero no tiene claro qué hacer con el mercado laboral ni cómo crear empleo ni cómo generar el desarrollo a través del Estado. En ese sentido, tiene falencias o no lo ha planificado hasta acá.

El Gobierno dice que mantuvo y profundizó la política social, un tema que usted conoce muy bien. Evidentemente, con eso no alcanzó…
No. Está claro que Gobierno no tuvo una política de quitar planes sociales, más allá de las discusiones que se han tenido en algunos casos puntuales como el Plan Fines o el Progresar. No cambió la estructura general y, objetivamente, ha mantenido los planes. Lo que ha planteado como avance son cuatro cuestiones (la reducción del IVA a la canasta básica de alimentos, la aplicación de la AUH a los monotributistas, la suba del seguro de desempleo a más de $3.000 y los cambios al sistema jubilatorio) han sido anuncios que no han sucedido aún. Van a generar algún nivel de transferencia de recursos, pero que hasta ahora no ha sucedido. En cuanto a tiempos, el manejo fue muy desigual. Hubo un ajuste muy fuerte y se anunciaron medidas compensatorias, que no son tan amplias y que hasta ahora, como decía, no pasaron. No hay nadie que haya pasado la tarjeta y se le haya devuelto el IVA o no hay nadie que haya cobrado $3.000 por el seguro de desempleo.

Arranca el segundo semestre con la expectativa de que haya un quiebre en las tendencias macroeconómicas, más allá de que ha perdido esta tesis cierto entusiasmo en el Gobierno sino en la profesión económica. ¿Cómo están viendo ustedes este segundo semestre y vamos a ver algo muy distinto?
La economía entró en recesión y ese proceso no parece que vaya a cambiar en el segundo semestre. Vamos ir hacia una baja de la inflación, pero en parte por producto de la recesión y el parate de la actividad económica. El Gobierno sigue confiando en algo que verdaderamente es equivocado en Argentina y es que cuando hay inversión eso se va a derramar sobre el empleo. Todo parece indicar que las inversiones que se consiguen serán para el sector financiero o el sector primario, como soja o minería, que no mueven el nivel de empleo. Los sectores que mueven el empleo en Argentina son la construcción, el textil, el turismo y el metalmecánico. Tengo la impresión que vamos un segundo semestre en que veremos una baja de inflación y cierta estabilidad en las condiciones macroeconómicas, pero para que haya mejora social hace falta políticas activas tanto lo que hace a control de precio como a generar cadenas productivas que no parecen hasta acá estar en la agenda del Gobierno.

Varios economistas ven un punto de inflexión y sostienen que el Gobierno empieza a preocuparse más por la economía real: el gasto público está creciendo otra vez y está este gran paquete jubilatorio que va a inyectar muchos pesos por debajo de la pirámide. ¿Cree que este cambio no alcanza para que haya un quiebre?
Me parece que hay un cambio en la orientación del Gobierno, aunque no en la políticas sino en la orientación. El Gobierno creyó mucho en el tema de que el sector empresario iba a tener buenas expectativas, iba a volcar recursos y creyó mucho que la palabra del Presidente y cierto esquema económico más confiable se tradujera en inversiones rápidas. Me da la impresión que en el último tiempo, empezó a sentir que eso no era evidente ni inmediato y empezó a imaginar mecanismos de más transferencias de recursos. Los más claros son el blanqueo y la reforma jubilatoria. De hecho, ha vuelto a pensar el tema de los Precios Cuidados. Han encarado algunos mecanismos con más intervención del Estado y abandonado la creencia de que esto se va a acomodar automáticamente.

Podemos añadir el próximo lanzamiento del Procrear…
La idea de que el mercado no lo va a acomodar solo y que sin Estado no va a haber infraestructura y movimiento. Cambió eso en su cabeza y eso es bueno porque la creencia anterior no tiene que ver con la realidad del funcionamiento de la economía argentina. Me da la impresión que hay tres problemas conceptuales en el Gobierno. Uno es que no entiende el mercado informal del trabajo. No entiende que lo que no está en los cuadros y las estadísticas es una gran parte: casi el 40% de la gente que trabaja, que está asociada al mercado interno y sobre todo a la construcción, el textil y el comercio, y que cuando parás el mercado interno, se te desacomoda una gran parte de la población que no la tenés registrada en estadísticas pero que es el problema social del conurbano, por ejemplo. La segunda cuestión que hay que revisar es que para que la obra pública se ponga en marcha, además de acelerar los procesos, hay que equilibrar entre obra pública de mucha tecnología y estratégica para el país y, por otro lado, otra que genere trabajo. Si no hay muchas pequeñas obras de saneamientos, de núcleos húmedos y pequeña obra de infraestructura, es de decir, pico y pala, no va a cambiar mucho la situación del desempleo en Argentina aunque se construyan muchos kilómetros de rutas. Lo tercero es que sigue sin entender bien el sistema de precios. Si no se mete en las cadenas de producción y el tambero que produce vende a $3,40 y el litro de leche llega a $22 pesos a la góndola, si no hace nada en el medio, si no interviene, si no fortalece a los que producen y no establece ningún criterio, algún Consejo Económico Social o alguna mesa de diálogo, algún criterio para fijar metas de inflación y de crecimiento, no veo que la inflación vaya a cambiar mucho aunque baje producto de la recesión. Esas tres cosas diría que son las cuestiones en las que el Gobierno no ve con claridad cómo funcionan las problemáticas argentinas y por eso sigue desacomodándose la situación social.

Es una probabilidad que el país llegue a las elecciones del 2017 con algunos temas de la agenda que se debatían en la campaña 2015 solucionados, pero con otros igual o incluso agravados: la no creación de empleo privado, una inflación que este año que va a ser la mayor al 40%, una economía que siga en recesión o estancada. ¿Ustedes lo ven así y ese va a ser un poco el eje de la campaña del Frente Renovador en 2017?
Sí, ese va a ser el eje: economía real y trabajo. Para mí las dos áreas clave que tiene el Gobierno, más allá de a quien sea el Presidente, son la Secretaría de Empleo y la de Comercio. Lo que encaren en esas áreas van a definir lo que pase y cómo vivamos los argentinos los próximos tiempos y el debate conceptual va a tener que ver con cómo hacemos para fortalecer más la actividad productiva y cómo se va a generar empleo. Ese va a ser el debate central. Hoy, en términos de expectativas, el Gobierno tiene una doble mirada por parte de la sociedad. El que la pasa mal, quiere que al Gobierno le vaya bien. En los barrios hay situaciones muy críticas y las personas, que saben que está perdiendo ingresos y que la cosa se está complicando, dicen ‘ojalá que esto funcione y que la cosa salga porque no quiero volver a empezar’. Las ganas de que las cosas vayan bien le juegan a favor al Gobierno, que se sostiene hoy por expectativas y no por resultados. Esa brecha debería acortarse de cara a las elecciones. Si no se le va a hacer más cuesta arriba.

Vemos que el Frente Renovador comienza a hablar con el peronismo tradicional nuevamente, pero también está la posibilidad de que confluya con una opción de centroizquierda por fuera del peronismo con Margarita Stolbizer. ¿Qué nos puede anticipar?
Falta mucho. Lo que aprendí es que los procesos electorales en términos de alianzas concretas y candidaturas terminan de definirse en los últimos días. Lo que aspiro es que el Frente Renovador vaya ampliándose y además de incorporar personas que tienen una mirada muy republicana, como el caso de Stolbizer, podemos incorporar parte del mundo del peronismo, movimientos sociales y gente que trabaja en los barrios. Eso sería un punto significativo. No tengo claro sobre si va a haber grandes alianzas electorales. Como decía, eso se define al final y nadie puede predecir algo así hoy. Aspiro que podamos tener una agenda común de trabajo, ampliar las miradas y tener una confluencia importante de distintos sectores de cara al 2017.

Fuente:http://www.eleconomista.com.ar/2016-07-el-gobierno-se-sostiene-mas-por-expectativas-que-por-resultados/

viernes, 1 de julio de 2016

Daniel Arroyo disertó sobre “Juventud y Pobreza” en Córdoba


El pasado 21 de Junio se llevó a cabo la conferencia brindada por el licenciado Daniel Arroyo en el Auditorio Presidente Perón de la Ciudad de las Artes.

Jóvenes y adultos se reunieron en el Auditorio de la Ciudad de las Artes para participar de la conferencia brindada por el licenciado en Ciencia Política, Daniel Arroyo, quien disertó sobre el tema: “Juventud y Pobreza”.

La apertura estuvo a cargo de la rectora de la Universidad Provincial de Córdoba, Isabel E. Bohorquez; los representantes de la Fundación Konrad Adenauer en Argentina -Olaf Jacob- y de la Asociación Civil Estudios Populares -Daniel Cardozo-; y el presidente de la Agencia Córdoba Joven, Paulo Cassinerio, quien hizo referencia a los planes y programas orientados a la población joven que lleva adelante el Estado Provincial en todo el territorio cordobés.

El licenciado Arroyo, por su parte, abordó la problemática de la llamada “grieta de los Argentinos”, la cual –aseveró- “es la grieta de la desigualdad social” y también planteó propuestas para lograr un mayor equilibrio. Además, destacó las políticas sociales que incluyen a los jóvenes de la Provincia, entre los cuales se destacan el Boleto Educativo Gratuito, el programa Primer Paso y la Agencia Córdoba Joven, e instó a actuar de inmediato para mejorar su realidad: “Los jóvenes son el futuro siempre y cuando tengan presente”, dijo.
Daniel Arroyo es licenciado en Ciencia Política y profesor de la Maestría en FLACSO. Fue presidente de FONCAP, secretario de Políticas Sociales de la Nación y Ministro de Desarrollo Social de la Provincia de Buenos Aires. Actualmente es Presidente de la Red de Prioridades Argentinas.

Daniel Arroyo en #Junín


El viernes 1 de julio estará Daniel Arroyo en la UNNOBA, con la charla abierta “La grieta social en Argentina, desafíos y propuestas”. El encuentro será a las 19 en el Aula Magna, Roque Sáenz Peña 456, Junín.

El encuentro es organizado por el Instituto de Política y Gobierno, junto a la Fundación Ciudad Abierta.
Daniel Arroyo es docente universitario. Se ha desempeñado como viceministro de la Nación y Ministro de Desarrollo Social en la provincia. Actualmente, conforma el directorio del Banco Provincia.


miércoles, 15 de junio de 2016

Hoy daré una conferencia sobre transparencia en las políticas sociales en el "Diplomado de transparencia institucional"
La corrupción siempre genera más pobreza. La honestidad es fundamental para el verdadero desarrollo social 

martes, 14 de junio de 2016

Diálogo para reducir entre todos la pobreza


Las divisiones políticas - que con diálogo, debate productivo y consenso podemos ir cerrando - no nos debería impedir dejar de sentir y dejar de ver que la gran grieta de los Argentinos es la grieta de la desigualdad social.

Esta grieta social se refleja en que hoy vivimos en 4 Argentinas: una de la pobreza estructural que recibe planes sociales; otra de los sectores vulnerables, que son los trabajadores informales y las personas que viven de changas que van siendo los nuevos pobres; otra de la clase media que vive una movilidad social precaria de ascensos y descensos y otra de la clase alta que tiene una movilidad social garantizada.

En nuestro tiempo, a nivel global, regional y local emerge una nueva y multidimensional cuestión social, laboral y productiva - que ya no solo afecta a la pobreza estructural y a los sectores vulnerables, sino también ahora a parte de la clase media – y que a mí me parece podemos resumir en las siguientes 12 realidades:

1.    El hijo de un joven que viene de la tercera generación de excluidos ya forma parte de la cuarta generación de excluidos y así se va profundizando la reproducción intergeneracional de la pobreza.

2.    Vivimos un nuevo fenómeno de implosión social donde por el malvivir la gente revienta para adentro y eso en parte explica mucho de la ola de violencia que se vive día a día.

3.    Uno de cada tres hogares está encabezado por una mujer; las mismas ganan entre 25% y 30% menos que los hombres y sufren desigualdades múltiples  que profundizan su pobreza y la de sus hijos.

4.    Bajó el consumo de leche y de carne. Los niños sufren un cepo social, porque aún comiendo todos los días no siempre significa estar sanos; bien nutridos; bien alimentados; crecer bien y aprender bien.

5.    El titulo secundario y hasta el universitario ya no siempre garantiza un trabajo formal con un buen salario.

6.    Tener un trabajo formal ya no siempre garantiza salir de la pobreza.

7.    Tener una jubilación o una pensión ya no siempre garantiza comer bien y poder comprar remedios y además hoy va surgiendo una nueva generación de adultos sin aportes previsionales.

8.    Junto a 1.500.000 jóvenes que ni estudian, ni trabajan, va surgiendo una nueva generación de jóvenes sin formación laboral para el siglo 21.  

9.    Una mamá con su hijo adicto rebota en todos lados por la falta de centros de asistencia de las adicciones y la cultura del esfuerzo se va frenando cuando el que vende droga gana más que él que trabaja.

10.  Tener un buen trabajo y un buen salario ya no siempre garantiza poder comprar la vivienda propia y va surgiendo una nueva generación de inquilinos en lugar de propietarios.

11.  Para los micro, pequeños y medianos  empresarios y productores invertir en producir ya no siempre significa tener ganancias.

12.  Hay un cepo a la solidaridad cuando las entidades sin fines de lucro tienen casi los mismos costos que una empresa de juegos de azar.

Las problemáticas multidimensionales como las que estamos viviendo implican nuevos enfoques y nuevos abordajes multidimensionales. Debemos generar nuevas concertaciones donde lo social, lo laboral y lo productivo vayan de la mano,  porque ni todo lo puede resolver el Estado, ni todo lo puede resolver el mercado. Necesitamos redes de gestión y gestiones que funcionen en red con otros actores públicos, privados y de la sociedad civil.

El diálogo intersectorial es fundamental para contribuir entre todos a reducir la pobreza, para promover la movilidad social ascendente y para fortalecer a los micro, pequeños y medianos productores, comerciantes y empresarios.

La Argentina del Bicentenario necesita ya, en forma urgente institucionalizar el diálogo intersectorial por medio de la convocatoria a un Consejo Económico y Social. El diálogo intersectorial es garantía de calidad institucional y de innovación de gestión. Creo en las políticas públicas participativas que se diseñan, se implementan y se evalúan con la experiencia y el conocimiento de los gobiernos, de los trabajadores y de los productores.

Este Consejo es una oportunidad de una mayor unión nacional y para ir pasando de las políticas públicas aisladas a una nueva generación de políticas públicas del siglo 21 integrales, integradoras e intersectoriales.

En este tiempo de celebración del Bicentenario que bueno sería que 2016-2026 quede en la historia como una década del diálogo y de los consensos que se transformen en nuevas políticas públicas. La educación debe volver a facilitar  el acceso a un trabajo formal con un buen salario. Un buen trabajo debe volver a permitir comprar el terreno y el techo propio. Invertir y producir debe volver a ser sinónimo de crear buenos trabajos y de tener buenas ganancias. Soy aquellos de los que creen que es posible una Argentina donde el que estudia, el que trabaja y el que produce sea al que mejor le vaya en el barrio, en el pueblo y en la ciudad. 

Daniel Arroyo
Presidente de la Red de Prioridades Argentinas
(Red PAR)