sábado, 22 de marzo de 2014

Daniel Arroyo en Radio La Red

El miércoles 19 de marzo Daniel Arroyo fue entrevistado por Luis Majul en Radio La Red, con motivo de la nota publicada en Diario Clarín: "El pibe que vende droga, nuevo sujeto social".

miércoles, 19 de marzo de 2014

El pibe que vende drogas, nuevo sujeto social

Daniel Arroyo
Ex viceministro de Desarrollo Social de la Nación
Publicado en Diario Clarín
19/03/2014 
 
El vínculo entre narcotráfico y vida cotidiana se está complicando cada vez más en Argentina. Si no hacemos algo ya, ahora, vamos camino a un nuevo modelo de organización social dominado por los que producen y venden, que son los que más plata ganan en el barrio y a los que les va mejor.
 
Cada vez se vende más droga en los barrios. Enfrente de cualquier escuela, en el quiosco cerca de la plaza o en las esquinas hay alguien que vende droga (paco u otra sustancia, depende del lugar) y todos saben cómo se accede. Es tan cierto que muchos jóvenes arrancan por el alcohol y luego llegan a las drogas como que cada vez hay más oferta. Lo sufren los docentes en las escuelas, muchas organizaciones sociales y muchos gobernantes que buscan enfrentarse y no le encuentran la vuelta.
 
Otro tema que está claro es que la venta de droga no es ya sólo un problema de adicción sino que se ha transformado en un modo de vida económico rentable y bastante generalizado. El pibe que engancha una changuita cuando vuelve al barrio gana menos que el que vende droga, y una familia que pone una cocina de paco tiene más ingreso que haciendo changas o teniendo un sueldo básico.
 
Esto está llevando a un desplazamiento de los tradicionales punteros políticos que hoy tienen menos herramientas e incidencia en su comunidad que el proveedor de droga que ahora empieza, también, a prestar asistencia social en el barrio.
 
En lo que hace al tratamiento y prevención de las adicciones estamos más complicados aún.
Los centros de atención de adicciones están desbordados y con mucho retraso en el cobro de los escasos recursos por chico que les envía el Estado.
 
Cobran tarde y cuando pueden y, como les cuesta mucho sostenerse, muchas veces terminan dándole prioridad a los jóvenes con obra social o con prepaga y desplazando a los que menos tienen.
 
Aquí estamos complicados por falta de lugares y por escaso presupuesto. La iniciativa de la Sedronar de crear cuarenta nuevos centros sin duda va a ayudar, pero está claro que estamos ante un serio problema de escala.
 
En concreto, la situación se está complicando en los barrios porque se vende más, porque la droga se transformó en una unidad económica familiar y porque estamos muy lejos de prevenir y atender al conjunto de jóvenes que la pasan muy mal.
 
Una historia común en los centros urbanos hoy es: un chico está hacinado en su casa, no tiene lugar ni espacio donde estar; se va a la esquina porque ahí está mejor, en la esquina empieza a consumir porque todos lo hacen y es la forma de integrarse; a partir de ahí al problema de salud le agrega el endeudamiento.
 
El pibe que empezó hacinado ahora debe plata.
 
Y ese es el momento en que se le aparece un vivo para plantearle cualquier idea para cancelar esa deuda.
 
El ciclo es hacinamiento – adicción – endeudamiento.
 
Más allá del debate global del narcotráfico, el día a día de los barrios está quebrando las expectativas y los horizontes de los jóvenes y está creando un nuevo sujeto social que antes no existía: el que vende drogas.
 
Quebrar este sistema no es nada fácil pero está claro que hay que empezar ahora. Una Unidad Especial que combata la venta de droga, un nuevo esquema de escuela secundaria más amigable para los jóvenes del siglo XXI, mecanismos para concretar el Derecho al Primer Empleo y que todo joven pueda tener una primera experiencia laboral y el apoyo económico a las iniciativas emprendedoras de los jóvenes seguramente podrían ayudar.
 
Tenemos que lograr que el que estudia y trabaja sea al que mejor le va en el barrio, para que todos podamos ver que ese es el camino de la movilidad social y no la venta de droga.

viernes, 14 de marzo de 2014

Daniel Arroyo en el II Encuentro sobre Ética y Compliance entre los sectores público y privado

Daniel Arroyo va a participar en el II Encuentro sobre Ética y Compliance entre los sectores público y privado que se realizará el día jueves 20 de marzo a las 8:30 hs. El licenciado disertará en el panel "Medidas innovadoras contra la corrupción y métodos propuestos para llevarlas a cabo" junto a Jorge Enríquez de la Magistratura de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires, Marcelo de Jesús de FORES y Máximo Fonrouge del Colegio de Abogados de la ciudad de Buenos Aires.

martes, 11 de marzo de 2014

El conurbano bonaerense, de los cordones a los corredores

Por Daniel Arroyo

Los cambios que se registran en la zona más poblada del país muestran el quiebre entre el Norte -que ha progresado- y el Sur empobrecido.

Tradicionalmente se entendía al conurbano por “cordones”. El primer cordón, que comprende los municipios más cercanos a la Ciudad de Buenos Aires, estaba pensado como una zona con una mejor situación económica. Un segundo cordón, con municipios más alejados, donde la situación económica era vista como más crítica. Por último un tercer cordón en donde terminaba la zona urbana y comenzaba la zona semi-rural.

La idea de los tres cordones en el conurbano bonaerense ha quedado obsoleta, como consecuencia de los grandes cambios que se produjeron en el último tiempo. Ha cambiado no sólo en términos de modificaciones en las condiciones de vida sino que se ha “desenganchado” mucho el norte del sur.

En consecuencia, ya no es posible pensar al conurbano en términos de fcorrdones, sino de “corredores”.

El “corredor norte”, que abarca todos los municipios de la zona norte de la ciudad de Buenos Aires -desde San Isidro hasta Pilar y Escobar-, se ha desarrollado. Ha habido un importante aumento en infraestructura e inversión por parte del sector privado. Vastos ejemplos de este fenómeno están a la vista, en Tigre, Escobar y Pilar. Allí se desarrollo la infraestructura, la obra pública y la construcción privada que, en términos generales, han hecho que esa zona se “despegue” y que la gente que la habita se haya desenganchado del resto del conurbano. Han mejorado su situación, que se ha vuelto similar a la de la ciudad de Buenos Aires.

Por el contrario, la situación del “corredor sur”, desde Avellaneda hasta Florencio Varela o más lejos aún, Presidente Perón, se ha complicado cada vez más.

Con gran concentración de pobreza, tiene una situación económica muy dificultosa. El corredor oeste, que está en el medio y que tiene a La Matanza como municipio muy particular –gran extensión territorial- ha quedado en una situación intermedia. No ha tenido el despegue del corredor norte ni tiene las dificultades del corredor sur.

Por lo tanto, ya no es posible entender el conurbano en términos de “cordones” o de estar más lejos o más cerca de la ciudad, sino en términos de Norte-Sur. Esto representa un gran cambio.

El conurbano bonaerense es “el tema” de la Argentina en los próximos años: 11 millones de habitantes concentrados en poco espacio físico, un corredor norte que ha mejorado y se ha despegado del resto, un corredor sur con muchas dificultades y un gran desafío por delante. No sólo se trata de cómo evitar la migración y fortalecer el interior del país, sino de cómo dotar de buenos servicios de salud, educación y sobre todo generar las condiciones necesarias para que no tengamos distintos tipos de conurbano, sino que demos oportunidades especialmente a la población más numerosa de ese territorio y que peor se encuentra, que es la que vive en la zona sur.



viernes, 7 de marzo de 2014

Daniel Arroyo en Educación y Sociedad

Mañana sábado 8 a las 16 hs, Daniel Arroyo estará en el programa de Teresa Cabado "Educación y sociedad" que transmite canal 21. En esta ocasión, el tema será Microcrédito en Argentina.



Daniel Arroyo en radio El Mundo



El ex viceministro de desarollo social de la nación, Daniel Arroyo, habló sobre la problematica del narcotráfico en el entorno familiar.
En diálogo con Carlos Kikuchi, Arroyo consideró que "Es objetivo que en frente a cada escuela, en cada barrio, hay mayor venta de drogas. No solo paco, si no otras drogas". Ademas, explicó que "La droga se volvió una unidad monetaria familiar en donde hay familias que prefieren que los chicos vendan drogas antes de trabajar".
Por último, el ex viceministro advirtió que la base del problema en relacion al narcotráfico y la juventud es la severa cantidad de chicos que no estudian ni trabajan y ven la venta de drogas como un camino alternativo de ingresos y subsistencia. En relación, Arroyo expresó "El problema social más grande que tenemos en la argentina es que hay un millón y medio de chicos que no estudian ni trabajan. Si la gran mayoría ven en la venta de las drogas un camino alternativo, tenemos un gran problema”.

miércoles, 5 de marzo de 2014

“Con el Plan Progresar solo, no alcanza”

Publicado el domingo 2 de marzo por Primera Edición





POSADAS. Por cadena nacional, la presidenta Cristina Fernández de Kirchner confirmó que más de 500 mil jóvenes se sumaron al plan Progresar lanzado hace poco tiempo. Según Anses, hasta el 7 de febrero, había casi cinco mil misioneros inscriptos al plan asistencial.

En una visión crítica y constructiva Daniel Arroyo, el ex viceministro de Desarrollo Social de la Nación en la gestión de Néstor Kirchner como presidente y docente universitario, analizó ante una consulta de PRIMERA EDICIÓN el plan oficial, advirtió que por sí sola una transferencia de dinero no servirá para atender lo que consideró “el tercer problema social más grave que tiene Argentina”.

Si bien ponderó la existencia de “la primera política hacia el sector”, sugirió la aplicación de tutores, habló de los problemas de los jóvenes y su problemática relación con la educación y el trabajo.

¿Qué sensación le produce que haya más de medio millón de jóvenes inscriptos para el Plan Progresar?

Claramente la Argentina tiene varios problemas sociales, pero sobre todo tres. Un 25% de pobreza, es decir, un cuarto de población pobre. Un 32% de informalidad laboral que hace que uno de cada tres trabaje en forma precaria, sin recibo de sueldo, sin obra social. Y el tercero es el más crítico: un millón y medio de jóvenes que no estudia ni trabaja. Ese creo que es el problema central de la Argentina.
Me parece bueno el anuncio y la puesta en marcha del plan Progresar, porque implica comenzar a tomar en escala un problema que hasta aquí no tenía una política o respuesta en escala.
Seguramente habrá que encarar o incorporarle otras dimensiones, además de la transferencia de dinero. Pero es bueno un programa para el principal problema social de la Argentina.
El hecho que se haya inscripto medio millón, da idea del nivel y la escala del problema. Argentina no es que tiene algunos jóvenes que no se logran adaptar al mundo del trabajo con estudio. Sino que objetivamente, el principal problema es la inclusión de los jóvenes.

O sea, hay que salir a buscar a un millón más...

 Los primeros jóvenes que se inscribieron son los que participan de algún tipo de redes sociales, porque tenían idea de estudiar. O forman parte de instituciones sociales o la Iglesia. Pero después tenemos a los jóvenes que están en “no lugares”, es decir, la plaza, la esquina.... Será una dura tarea para el Estado ir a buscar a los que están desenganchados de todo. Diría que en torno al tema de jóvenes tenemos tres problemas: el millón y medio de jóvenes que no estudia ni trabaja, que están de manera precaria.
Otro es el avance objetivo de otras alternativas: el que engancha una changuita, que trabaja, cuando vuelve al barrio gana menos que el que vende droga o el que está vinculado a otra actividad. Es decir, el segundo problema grave es el avance en la venta de droga que es un fenómeno no solo de adicciones -que eso solo ya es un grave problema en la Argentina-; sino de unidad económica. Se transforma en una unidad de mejor actividad económica que otra actividad. Y los ciclos en los grandes centros urbanos, donde el chico esta hacinado sin lugar en la casa, se va a la esquina y consume paco y otras sustancias. Consume porque sino no se integra al barrio. Tiene problemas de salud pero también un rápido problema de endeudamiento! Cuando se endeuda, siempre hay un vivo que se le acerca para plantearle cualquier idea para cancelar esa deuda. Ese ciclo dura seis meses: hacinamiento, adicción, endeudamiento. Al problema general, se le suman las adicciones.
Y el tercer problemas es la escuela secundaria. Tenemos el 40% de deserción a la escuela secundaria. No le queda claro a un pibe cuánto le sirve para el trabajo lo que aprende en la escuela, entre otros temas.

En definitiva, ¿entiende que es bueno pero no suficiente?

No, la transferencia de dinero solo no resuelve el problema. Creo que cualquier política que se encare con los jóvenes, si no se encara una red de tutores (unos 20 mil en Argentina) no va a funcionar. Tutor puede ser un cura, un técnico del club del barrio, un tío, tal maestra. Personas que tienen legitimidad. Los jóvenes no creen en las instituciones sino en personas. No creen en “la escuela”, sino en tal maestra o profe que tiene buena onda y hace las cosas bien. La función del tutor es acompañar.
La función de los jóvenes no es enterarse que existe un plan en la Argentina, sino sostenerse. Un joven no tiene problemas de tarea en la Argentina. Si tiene que ir a hacer una tarea va y lo hace bien. Lo que le cuesta es ir todos los días a hacer esa tarea durante ocho horas. 
El rol del tutor es acompañar, ver por qué ese joven hace tres días que no va a la escuela o a trabajar. Ir a golpear la puerta de la casa y preguntar e incentivar para reconstruir el método. Porque los jóvenes tienen dificultades de método. Por eso creo que habrá que crear una red de tutores y mecanismos concretos para determinar la capacitación con el mundo del trabajo.

La mayoría de los jóvenes que se inscribe en el plan Progresar: ¿lo hacen por una aspiración de mejorar su realidad o por el aporte económico?

Seguramente hay de todo. Claramente si no hubiera un apoyo económico, sería difícil transformarlo en un programa masivo. En política social, el apoyo económico sirve como base de un reconocimiento de que a una familia le faltan ingresos. Pero debe ser el punto inicial para desatar otro tipo de acciones. La transferencia de dinero es un llamador, un mecanismo para encarar otras acciones además de que les da viabilidad.
Un joven para estudiar necesita dinero. Ese dinero le da la chance de estudiar, es una buena base. El tema es saber cómo hacemos para sostener y lograr hacer que al joven que estudia y trabaja le vaya bien. Necesitamos reconstruir la movilidad social ascendente en la Argentina y no tiene que irle bien al que vende droga sino al que trabaja y estudia. Entonces, si se ve en el barrio que le va bien al que trabaja y estudia, motivará a otros en el mismo mecanismo de trabajar y estudiar.

¿Hay experiencias similares en otros países?

Hay experiencias similares. Esta claro que el tema jóvenes es el principal problema social a escala mundial. A nivel mundial, la desocupación juvenil triplica la desocupación general. Si vemos los casos críticos europeos, allí esta el problema. Igual que en Argentina.
Hay algunas experiencias y en particular, me gusta el programa “Bolsa Familia” de Brasil. Es para 14 millones de hogares, a gran escala. El Estado trabaja directamente con las familias y toma el problema del joven, el problema de la madre, el problema del trabajo. Trabaja integralmente, va al núcleo de la familia y resuelve integralmente.
Hay otras experiencias en Chile y México, con estas características.

Por la cantidad de fondos que implica el plan ¿se puede sostener en el tiempo?

Yo no diría sí. Hay futuro si los jóvenes se insertan en el mundo laboral o en el mundo educativo. Sino no hay futuro. La idea de que los jóvenes son el futuro es cierta si tienen presente. Claramente en la Argentina, los niveles de conflicto y tensión social a futuro, dependen de qué chance tendrán las nuevas generaciones de insertarse en el mundo laboral y el educativo.
En ese sentido, los fondos que se apliquen a estos programas son estratégicos, pero estratégicos de verdad. No solo para un país es importante el polo agro-industrial o una determinada actividad. Es muy estratégico que los jóvenes tengan futuro y vayan a algún lado y no se conviertan en un problema social constante.
En ese sentido y en el contexto de que la situación económica es crítica, el Estado tiene muchos recursos. No veo que el problema sean los recursos sino cómo sostenerlo en el tiempo.

Daniel Arroyo en radio Del Plata

El domingo 2 de marzo, Daniel Arroyo fue entrevistado por Alberto Lotuf en su programa "Dicen que dicen" sobre la situación social en Argentina y los desafíos que se presentan de cara a los próximos años.