jueves, 16 de junio de 2011

Definamos las metas sociales del Mercosur


Por Daniel Arroyo*

El Mercado Común del Sur (Mercosur), Mercado Comum do Sul (Mercosul), en portugués, y Ñemby Ñemuha en guaraní fue creado formalmente en marzo de 1991, con la firma del Tratado de Asunción. Hoy, veinte años después, se observa que el saldo fue muy positivo para el bloque regional. Sin embargo, aún quedan muchos desafíos por delante y uno de los más importantes, para esta nueva década que se inicia, es el abordaje sistemático de la cuestión social.
El desarrollo de América Latina, en el marco de la globalización y de los cambios que produce la economía mundial, está muy asociado al fortalecimiento institucional de organismos como el MERCOSUR. De su consolidación dependerá la capacidad de la región para interactuar internamente y para posicionarse frente al resto de los bloques internacionales.
Este fortalecimiento institucional no es sólo necesario sino que se convierte en una meta posible de alcanzar. En el último tiempo, Latinoamérica ha logrado saldar un déficit histórico vinculado a su escasa capacidad de tomar decisiones y actuar como un bloque unificado. Tres importantes cambios asociados al actual momento histórico explican este logro reciente: el primero se asocia a la existencia de mandatarios presidenciales y actores políticos con una mirada común en términos de tendencias y procesos políticos latinoamericanos; el segundo se vincula al contexto macroeconómico favorable, basado en la revaluación que han tenido las materias primas y los alimentos y donde se proyecta la continuidad de este crecimiento sustantivo para los próximos años; y el tercero responde a los frutos de un proceso de institucionalidad regional que comenzó a fines de los años ochenta.
Así como la Unión Europea estableció parámetros económicos, ahora llegó el momento de los parámetros sociales. Con el viento político y económico a favor, llegó la hora de establecer las metas sociales del MERCOSUR, y definir un piso mínimo de acceso a derechos y ciudadanía por debajo del cual nadie pueda estar.
Si bien el eje social de la región ha comenzado a tener un rol más protagónico, generando fondos y políticas sociales de acuerdo común en el MERCOSUR ampliado (Argentina, Uruguay, Brasil y Paraguay, más Chile y Bolivia), el gran desafío es darle mayor escala al MERCOSUR Social, con la mirada puesta en el desarrollo y el equilibrio de las asimetrías. Para ello, será necesario establecer un conjunto de parámetros sociales para la región. Así como en Argentina existen determinadas metas educativas -como la terminalidad de la secundaria, o la cobertura a través de la Asignación Universal por Hijo-, también será de gran utilidad establecer pisos mínimos a ser alcanzados por todos los países del MERCOSUR sobre vivienda social, salud, educación y condiciones de trabajo. Para el cumplimiento de estas metas comunes, será necesario definir de forma paralela un fondo específico de recursos donde los países más fuertes, Argentina y Brasil, tendrán que hacer el mayor esfuerzo para que todos los países acuerden un denominador común de acceso a derechos y ciudadanía.
Tomemos como ejemplo la Unión Europea pero hagámoslo sobre otra base: lo social. El MERCOSUR esta cumpliendo años y este es el desafío de la década que se inicia. Si en estos 20 años logramos construir la realidad regional actual, en los próximos diez, al cumplir 30 años, deberíamos poder cumplir con las metas sociales de la región.